Imago Salis

Paisaje cultural, mujer y tradición

 

Los paisajes de las salinas “son el resultado de la acción e interacción de factores naturales y humanos en el territorio” (Convenio Europeo del Paisaje, 2000). Estos espacios poseen características únicas, tanto por la biodiversidad asociada a ellos como por el patrimonio material e inmaterial inherente a su paisaje. Dotados de un valor ambiental, sociocultural, histórico e identitario, los paisajes de las salinas están vinculados a las representaciones imaginarias y a “la fuerza asociativa de los fenómenos religiosos, artísticos o culturales del elemento natural” (UNESCO. Convención para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial, 2003).

Imago salis se define como un proyecto interdisciplinar cuyo objeto es explorar la forma en la que el paisaje de las salinas genera imágenes relacionadas con la mujer. Como entidad simbólica y física, se considera, además, un lugar susceptible de ser transformado, natural o antrópicamente. En el paisaje de la sal se asocia lo emotivo y numinoso a la cultura a través de valores y prácticas simbólicas ligadas a la mujer que sustentan la experiencia del paisaje.

Las imágenes resultantes acompañan una reflexión sobre la confluencia de objetos naturales y socioculturales que hoy contribuyen a la definición de una interacción sensible entre mujer y naturaleza. En un espacio donde el mito desempeña un papel esencial, es posible definir fenómenos de inscripción y asimilación de la identidad del cuerpo en un paisaje natural que, mutatis mutandis, se ha transformando en cultural.

El legado patrimonial de las salinas (arte, literatura, cartografía histórica, así como la toponimia, y en especial, la socio-antropología) se unen en esta serie de imágenes desde una conciencia ecológica y una identidad femenina que pretende, además, traer al presente la memoria de las mujeres de sal en Andalucía, Loira Atlántico e Islas Canarias.

“Aphrodite haligénée”, escultura de barro y sal, sensible a eflorescencias.

Si tomamos el ejemplo de las salinas de Lanzarote o del Loira Atlántico, las salineras, a menudo representadas y fotografiadas, modulan el paisaje salino, dibujando formas geométricas en la tierra adyacente al mar.

Al transmitir este saber hacer ancestral de generación en generación, las salineras dan testimonio de las prácticas anticipadas de ecofeminismo y land art en la recolección de la sal. El objetivo de Imago salis es explorar el modo en que el paisaje salinero se inscribe en la relación entre naturaleza y cultura a través de los valores simbólicos y las prácticas socioculturales de las trabajadoras de la sal.

Además del interés que Ana de Bretaña –quien se instaló en Guérande en 1498 para huir de una epidemia en Nantes– tuvo por la flor de sal, un buen número de voces y miradas se han dejado seducir por el paisaje de las salinas desde finales del siglo XIX.

 

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